La Batalla de Pichincha: recorrido de la campaña triunfal, actores

Contexto

El 24 de mayo de 1822 con la Batalla de Pichincha y el triunfo del ejército libertador culminó un largo proceso encaminado a obtener la independencia de los territorios que actualmente conforman el Ecuador. Ya desde el siglo anterior se habían forjado ideales de libertad e intentos que tuvieron activa  participación de varios sectores populares y líderes, como el precursor Eugenio Espejo, cuya labor dio lugar, el 10 de agosto de 1809, a la instalación de la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito.

Sucesos como la proclamación del Estado Soberano de Quito en 1812, en el que participaron autoridades de la Sierra Norte y Central, la Emancipación de Esmeraldas, el 5 de agosto de 1820, la liberación de Guayaquil el 9 de octubre  y de  Cuenca, el 3 de noviembre de este mismo año, son parte de este proceso que en Pichincha se cerró con el triunfo patriota.

Años antes, Simón Bolívar había iniciado su lucha por la liberación de los territorios de la Nueva Granada y Venezuela persiguiendo la conformación de una república: Colombia, territorios que fueron liberados definitivamente con las  batallas de Boyacá (1819) y Carabobo (1821).

Para completar su proyecto, Bolívar debía independizar el territorio de la Provincia de Quito y sobre todo expulsar a las autoridades principales que gobernaban desde la ciudad capital sede de la Audiencia. En este contexto, Sucre avanzaría desde Guayaquil y Bolívar atacaría desde Pasto. El encargo de Bolívar a Sucre se basaba en dos objetivos: el asegurar la independencia de los territorios australes y asegurar su incorporación a la Gran Colombia.

Al sur del continente procesos similares estaban en desarrollo con el fin de liberar los territorios de los  Virreinatos de la Plata y del Perú; la cabeza más visible de estas campañas era José de San Martín (nacido en Yapeyú-Argentina).

En este contexto, la Batalla de Pichincha cerraría la emancipación del norte de Suramérica; posteriormente, sus jefes más visible, Bolívar y Sucre, tomarían parte en la lucha por la definitiva independencia del Perú.

1821: primer intento por llegar a Quito

El 6 de abril de 1821 Sucre llegó a Guayaquil proveniente de Cali; aquí encabezó la  División Protectora de Quito que partió el 29 junio. El 19 de agosto, tras obtener un triunfo en   Yaguachi, continuó su avance por Babahoyo, alcanzó Chimbo, Guaranda,  Riobamba, Guano. En Huachi, el 12 de septiembre sufrió una penosa derrota ante los realistas que le obligó a firmar un armisticio y retornar a Guayaquil.

 

1822: derrotero de la campaña triunfal

La segunda campaña se inició el 18 enero de 1822. El 20 de enero Sucre  lanzó una proclama al pueblo de Quito en la que prometía ofrendar su sangre por la liberación de la misma. Para ello conformó un ejército de aproximadamente 1700 hombres compuesto por  veteranos de guerra y nuevos reclutas que fueron movilizados por barco desde Guayaquil hacia Machala.

Sucre avanzó por Pasaje, Santa Isabel, alcanzando Saraguro, tras haber cruzado los Andes, el 9 febrero de 1822. En este lugar, su ejército se juntó con los 1200 hombres de la División peruana que llegaba desde Piura, comandados por Andrés de Santacruz, contingente que había sido prometido por San Martín.

Avanzó hacia el Norte por Oña, Nabón y Girón, llegando a Cuenca el 21 febrero de 1822. Ante la superioridad numérica del ejército patriota (alrededor de 3000 hombres), el destacamento realista de caballería que defendía Cuenca (900 hombres) se retiró, siempre hacia el Norte, siendo perseguido a la distancia por la caballería patriota. De esta forma, Cuenca fue recapturada el 21 de febrero de 1822 sin que se disparara un solo tiro. El  11 de abril la ciudad juró la Constitución de Colombia.

Desde Cuenca Sucre continuó hacia el Norte por Déleg, Biblián, Cañar, Suscal, Chunchi, Alausí, Guamote y Chambo. El ejército realista se movilizaba evitando entrar en enfrentamiento directo; pero, el  21 de abril de 1822, las tropas combatieron en las inmediaciones de Riobamba con resultado positivo para Sucre que  tomó la ciudad al día siguiente.

De Riobamba el ejército de Sucre continuó por Guano y Tisaleo con dirección a Ambato a donde  llegó el 30 de abril. Siguió su avance por Salcedo arribando a Latacunga el 2 de mayo de 1822. Desde aquí se iniciaría la marcha final hacia Quito.

La Marcha final

La intención del ejército patriota era avanzar hacia Quito por Machachi; pero, al enterarse que varios pasos habían sido bloqueados en el desfiladero de Jalupana, las inmediaciones de Machachi y el cerro La Viudita, Sucre tuvo que emprender un extenso rodeo que exigió gran esfuerzo a sus tropas que tuvieron que pasar por quebradas, ventisqueros, pernoctar a gran altura y  cruzar el paso entre el Sincholagua y el volcán Cotopaxi. Guiados por moradores locales, las tropas desembocaron en el Valle de los Chillos, Sangolquí,  el 18 de mayo de 1822.

En los Chillos, Sucre comenzó a ubicar zonas defensivas: tomó por las armas Conocoto y la Loma de Puengasí; aquí dispuso varias piezas de artillería en previsión del arribo de refuerzos realistas que se aproximaban por el Norte. Con el fin de bloquear a este contingente, un grupo de soldados patriotas bordeó el volcán Ilaló hasta llegar a Puembo y estableció un puesto defensivo en El Quinche.

 

De Los Chillos a Quito

A partir del 20 de mayo de 1822 el ejército de Sucre emprendió la marcha hacia Quito vadeando el río San Pedro, por la zona de Chillo Jijón, Miranda, aproximándose a la hacienda El Conde ya en la llanura de Turubamba al sur de la ciudad a donde arribó el 21 de mayo. Para medir el poderío de las fuerzas antagónicas se dieron varias refriegas entre los ejércitos que no pasaron a mayores; el 22 de mayo Sucre tomó Chillogallo y La Magdalena.

Los españoles habían ubicado puestos defensivos a la entrada Sur de Quito: en la quebrada del Machángara, entre la actual zona de la Alpahuasi y el Panecillo y otro entre San Diego y el Pichincha; se hizo necesario, entonces, cruzar el Pichincha con destino al ejido de Iñaquito.

Preparativos anteriores a la batalla

Antes de los sucesos de Pichincha, el Mariscal de Campo Melchor de Aymerich se desempeñaba como jefe  político superior de Quito, como tal presidía las reuniones del cabildo quiteño. Para el 13 de enero de 1822, Aymerich pidió a la  ciudad y a los pueblos vecinos una cuota de 400 hombres para enfrentar a las tropas patriotas que se acercaban a Quito; al no obtener respuesta por parte de los vecinos, el capitán general Juan de la Cruz Mourgeón, Presidente de la Audiencia de Quito, decretó que sean reclutados los negros esclavos de la ciudad.

De acuerdo a este funcionario real, Quito debía proporcionar la cantidad necesaria de hombres, caballos y demás aperos para enfrentar a los patriotas; llegó a exigir que de cada casa quiteña se reclutase un hombre hasta cubrir un total de 200, asunto que tampoco se llegó a cumplir.

Sucre, en cambio, trabajó en la obtención de información sobre las armas y movimientos de las tropas españolas en acuerdo con algunos vecinos quiteños (clero, monjas, indígenas, mujeres, etc.); además, remitió un pedido y encomienda de oraciones por el triunfo patriota a las monjas del Monasterio del Carmen de la Antigua Fundación de Quito (la misma que fue respondida por la abadesa Rosa de la Santísima Trinidad a través de una carta del 26 de mayo de 1822 en la que se le informaba de la dedicación con la que las monjas habían encomendado a Dios la victoria ).

Hay que destacar la participación de indígenas que colaboraron con Sucre como guías o correos, entre ellos Lucas Tipán, hijo del Gobernador de Sangolquí, que llevó mensajes y correspondencia entre Quito y Chillogallo, o de aquellos que limpiaron el camino hacia Puengasí en donde Sucre realizó maniobras de distracción. 

Composición del ejército patriota

El ejército patriota estaba compuesto por 2971 hombres de distintas partes de la provincia como guayaquileños, cuencanos, latacungueños, ambateños, quiteños, guarandeños, manabitas, etc., pues, al paso de las tropas muchos lugareños se incorporaban a sus filas.

Pero, en sus filas se encontraban también venezolanos, colombianos, peruanos, bolivianos, ingleses, irlandeses, escoceses, franceses, españoles, argentinos, paraguayos (como los capitanes Patricio Oviedo y Patricio Maciel), chilenos, alemanes (como Otto Philip Braun, nacido en Kassel), prusianos como Friedrich Rasch, u oriundos de Curazao como Jorge Alyas de Lyon o George Enríquez. Al mando de sus batallones estaban oficiales de distinta procedencia:

Batallón Yaguachi, al mando del Coronel Carlos María Ortega.

Batallón Alto Magdalena (Colombia), al mando José María Córdova, nacido en Concepción-Antioquia, actual Colombia.

Batallón Albión, soldados británicos al mando del teniente Coronel John Mackinstosch.

Batallón Paya, al mando del Teniente Coronel José Leal.

División peruana compuesta por los batallones Piura (al mando del coronel Luis Urdaneta, venezolano) y Trujillo (al mando de Félix Olazábal, argentino), los dos bajo el mando del coronel Andrés de Santacruz, nacido en Huarina- La Paz,Bolivia.

Escuadrón Lanceros, al mando del Teniente Coronel prusiano Friedrich Rasch, nacido en Hildesheimischen (actual Alemania).

Escuadrón Dragones, al mando del Teniente Coronel Cayetano Cestaris, italiano, nacido en Nápoles, (cuyo nombre original era Gaetano Cestari).

Escuadrón Cazadores a Caballo de Paita, al mando del Coronel Antonio Sánchez.

Escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo de los Andes, al mando del Coronel Juan Lavalle, argentino.

La Batalla en el Pichincha

A las 9 de la noche del 23 de mayo, desde Chillogallo Sucre empezó el movimiento de sus tropas con el afán  de llegar al ejido de Iñaquito para presentar batalla o al menos dividir a las tropas españolas en dos.  En medio de un continuo aguacero y por antiguos caminos, su ejército avanzó por laderas y gargantas de cerros como Pucará, Huayrapungo, Ungüí, Chilibulo; parte de la trocha fue aclarada por indígenas lugareños. Se llegó a la cima a las 8:30 de la mañana.

Tras ser avistado por los vigías españoles, la batalla tuvo que darse en el campo alto conocido como Chaquimallana, delimitado por farallones de la Cantera, la quebrada en Santa Lucía y las laderas de cerros más altos.

Al mediodía de aquel 24 de mayo de 1822, después de varias horas de lucha cruenta, el ejército de Sucre doblegaba al de Aymerich logrando una contundente victoria.     

 

 

Después del triunfo

Lograda la victoria por parte del ejército patriota en Pichincha, algunos soldados bajaron a Quito hasta la Recoleta de El Tejar en donde izaron la bandera tricolor. Al día siguiente, el 25 de mayo, Aymerich rindió su espada en el Panecillo.

Sucre y las tropas ocuparon la ciudad; se entró en persecución de la caballería española que se dirigía a Pasto, otra parte del ejército se dirigió a Esmeraldas y Barbacoas para asegurar varios pasos.

Parte de la tropa fue alojada en el convento de Santo Domingo; se puso en libertad a los  capturados por apoyar la causa libertaria; Sucre pidió al Cabildo que hiciera una colecta especial para vestir a sus soldados y asumió la jefatura de la Presidencia de Quito.   

El 29 de mayo de 1822, el Cabildo de Quito, de clara inclinación libertaria, convocó a un cabildo abierto en el que representantes de las instancias civiles y eclesiásticas de la ciudad y gran cantidad de vecinos, declararon su deseo de unirse a la República de Colombia.

Hay que anotar que con la incorporación de Quito a Colombia, los municipios se vieron avocados a nuevas funciones, estructura y régimen político, de acuerdo a la Constitución de Cúcuta de 1821, por ejemplo, los alcaldes parroquiales cobraron gran protagonismo, el municipio perdió su capacidad de recaudar tributos y controlar las minas y canteras. A pesar de ello, el cabildo trató de diferenciarse en relación al Gobierno Central. 

El 2 de junio de 1822 se celebró una misa pontifical de acción de gracias pedida por el Mariscal Sucre, que a la sazón tenía 27 años de edad. Esta se realizó en la catedral. 

El 16 de junio de 1822, Bolívar llegó a Quito; fue recibido en el Ejido por mil trescientos hombres, mil de ellos a caballo. La comitiva subió a la Alameda, pasó por las actuales calles Montúfar y Chile hasta la Plaza Mayor.

El 18 de junio de 1822, el Cabildo presidido por el alcalde José Félix Valdivieso expresó los sentimientos de gratitud de la ciudad a Simón Bolívar y resolvió realizar un especial acto conmemorativo.

La reunión del 1 de octubre, que se llevó a cabo en el salón de la Universidad, fue presidida por el propio Antonio José de Sucre, en ella se destacó la participación de la ciudad en la gesta libertaria.

El 27 de octubre varios edificios y espacios de la Plaza Mayor fueron adecentados e iluminados en homenaje a Bolívar. Se dio una retreta y fuegos pirotécnicos en la noche.

El 17 de julio de 1823 se dio la batalla de Ibarra entre tropas independentistas y realistas lideradas por Bolívar y Agualongo, respectivamente; importantísimo triunfo patriota pues, la presencia en Ibarra del ejército pastuso afecto al rey habría puesto en peligro lo alcanzado.

En enero de 1826 el cabildo decidió ubicar una pirámide en la cima de la libertad como perenne recordatorio de la batalla que selló la libertad.

 

Dr. Patricio Guerra

Cronista de la Ciudad (E)

Escribe un mensaje