La Circasiana

Historia

Contexto histórico

A fines del siglo XIX en Ecuador se agudizaron las confrontaciones entre liberales y conservadores. En 1895, a consecuencia de un proceso revolucionario que convulsionó al país, tomaron el poder los liberales radicales, quienes hicieron importantes cambios para la vida nacional, pues durante los gobiernos de Eloy Alfaro (1895-1901 y 1906-1911) fue separada la Iglesia del Estado, se introdujo la educación pública y laica, se dictaron leyes civiles, fue consolidado el amplio reconocimiento de garantías y libertades individuales, se incorporó a las mujeres al trabajo público, se promovió la modernización empresarial y se realizaron notables obras públicas, entre las que destaca el ferrocarril.

Los liberales en el poder fueron combatidos por los conservadores, pero lograron mantener su hegemonía política largamente en la historia nacional.
La modernización liberal impulsó el adelanto del Ecuador. Y con ello comenzó a extenderse la ciudad de Quito, cuyo eje de vida siempre fue el centro histórico. Hacia el norte del parque El Ejido comenzaron a esbozarse fincas y casas.

Una de ellas fue la casa-finca de “La Circasiana”, cuya construcción arrancó en la década de 1890, pero que tuvo su culminación en la década de 1920, gracias al impulso de Jacinto Jijón y Caamaño, un ilustre dirigente conservador, que unió a su actividad política, una clara conciencia de ecuatorianidad, pues fue discípulo del historiador y arzobispo Federico González Suárez, a quien siguió como investigador, destacándose como miembro de la Academia Nacional de Historia y por sus obras de valía nacional.

Jijón conservó y preservó en su biblioteca de La Circasiana una impresionante colección documental. Ese patrimonio forma hoy parte de la misma biblioteca y del archivo histórico del Ministerio de Cultura.

Historia

La Circasiana fue construida en los terrenos –aunque no se ha podido establecer la veracidad de este hecho- de la comunidad indígena de Santa Clara de San Millán. La edificación de la mansión inició a finales del siglo XIX, alrededor de 1892, por decisión de Manuel Jijón Larrea, padre de Jacinto Jijón y Caamaño. Se cree que los planos fueron ejecutados por el arquitecto alemán Francisco Schmidt, y la construcción finalizó en 1898, época convulsa para el Ecuador.

Su decoración interior como vidrios, cortinajes, papel tapiz, latones para cielos rasos, etc., según datos registrados, comprueba que fueron importados desde Francia y EE. UU. Igualmente se contrataron jardineros italianos para los exteriores del palacio. A la muerte de Manuel Jijón en 1908, se da por terminada la primera fase de construcción, conocida como el bloque oriental.

En 1925 se construye la cochera y para el año de 1935, se da inició a la segunda etapa de construcción definitiva del palacio, edificándose el bloque occidental y las alas norte y sur. La ampliación la ejecutó Jacinto Jijón y Caamaño, el heredero, quien, sin embargo, no estuvo permanentemente en la casa y finca familiar, debido a sus constantes viajes. Al mismo tiempo se aumenta el segundo piso adherido al bloque oriental. La segunda fase se terminó en el año de 1941.

El bloque occidental donde se hallan dos grandes salones, fue destinado para recepciones y banquetes; y el oriental fue utilizado como vivienda completa. La planta baja fue concebida como área de servicios: cocina, garajes, lavanderías, bodegas, viviendas de personal de servicio, etc.
Una vez culminada, la flamante quinta, de estilo francés, fue bautizada como «La Circasiana» por sugerencia de la madre de Jacinto Jijón y Caamaño, quien propuso dicho nombre para hacer alusión a la región de Circasiana, en la Rusia trans-caucásica, de la cual se decía que provenían las mujeres más bellas del mundo, igualmente comparables a la belleza que lucía La Circasiana.

Biblioteca y Museo

“La Circasiana” se completó con la construcción de la biblioteca y el museo, los cuales estaban separados del edificio central por amplios jardines. La biblioteca de Jacinto Jijón, de planta rectangular y fachadas exentas de ornamentación, contenía 40.000 volúmenes, en un espacio interior a doble altura, edificado completamente en madera vistosa. El frente, enmarcado por columnas de piedra, es de estilo neoclásico. Las estanterías de libros, los espacios entre las mismas, así como las escaleras gemelas están simétricamente articulados.

El edificio donde funcionó el museo denominado Jacinto Jijón y Caamaño, ubicado en el extremo occidental, de construcción neocolonial, sufrió una considerable disminución por el ensanche de la avenida Colón.

La Circasiana contó también con un gran arco, que fue una de las puertas de ingreso a la mansión, sobre la avenida 10 de Agosto, y que fue realizado por el escultor Luis Antonio Mideros. Es parecido a un arco de triunfo, que presenta, en la parte superior, figuras de la mitología griega esculpidas en piedra andesita y representan la despedida de los centauros.

El arco fue cedido por la familia Jijón a la ciudad de Quito y en la actualidad se encuentra en el parque de El Ejido, exactamente al ingreso por las avenidas Amazonas y Patria.

La Circasiana es hoy un conjunto arquitectónico diverso: es un parque público y de recreación, destaca la casa rosada tradicional de la familia Jijón, en la que funciona el Instituto Nacional de Patrimonio, se halla también el edificio de la antigua biblioteca que es la sede del Archivo Metropolitano de Historia bajo la dirección del Cronista de la Ciudad; y otras dependencias privadas en la parte posterior.