Ceremonia de Adoración de la Santa Cruz

En esta Semana Santa se desarrollan varios eventos para recordar la pasión de Cristo, procesiones y celebraciones que se han vuelto patrimonio por ser tradiciones que datan de la fundación española de Quito. Una de ellas es la adoración de la Santa Cruz en Viernes Santo que se lleva a cabo desde el siglo XVI; fue tal la importancia de esta ceremonia que su procedimiento estaba detallado en el Libro 3º de la Ley de Indias. El protocolo de la celebración incluía la participación de las autoridades como el Presidente de la Real Audiencia de Quito y empleados del Cabildo.

La importancia de esta celebración demandaba el interés de todos los pobladores y la organización de las autoridades, cualquier error en el procedimiento podría acarrear consecuencias, incluso legales. Fue lo que sucedió en 1748 cuando se levantaron dos quejas: una por no cumplir con la formación de los oidores y otra contra los funcionarios del Cabildo por no ponerse de pie cuando el Alguacil Mayor pasó a adorar la Cruz. Detallaremos cada una para visibilizar el impacto de este evento en la población de la época.

En la Ley 69, título 15 de la Ley de Indias se estipulaba el orden con el que las autoridades deben dirigirse a la adoración de la Santa Cruz. El Presidente de la Audiencia debía liderar el pelotón solo, seguidos se formaban el Alguacil Mayor y a su lado el Fiscal y, a continuación, los oidores agrupados de dos en dos. Sin embargo, en el año de 1748 no asistieron ni el Presidente ni el Fiscal, por lo que el Alguacil Mayor de entonces Francisco Javier de Piedrahita caminó solo, esto desató un conflicto por juzgar si hizo bien o debía acompañarse por un oidor. En aquel año había dos oidores, Pedro Gómez y José de Quintana, quienes se formaron juntos, lo que justificó que el Alguacil lidere el pelotón.

En ausencia del Presidente, el Alguacil Mayor fue el encargado de la adoración de la Santa Cruz en la Iglesia Catedral; en este acto los funcionarios del Cabildo no se mantuvieron de pie. Este fue el segundo conflicto, se podía considerar una ofensa a la Corona, ya que el Presidente representaba al Rey y, en este caso, el Alguacil al Presidente, por lo tanto, la gente le debía las mismas reverencias. Sin embargo, se resolvió que los funcionarios hicieron bien al permanecer sentados, ya que el Alguacil no responde a la representación Real.

Este proceder estricto en cuanto al comportamiento de las personas y autoridades en los eventos religiosos de Semana Santa han cambiado con el tiempo. No obstante, la población recuerda algunos hábitos que se debían evitar en este periodo, como el consumo de carne. El Archivo Metropolitano de Historia te invita a recordar y compartir las memorias de nuestros antepasados en cuanto a la actitud de recogimiento en la Semana Santa en diferentes contextos históricos y geográficos.

Imágenes: 

Actas de Cabildo 1748-1753. Acta del 06 de mayo de 1748. Fol., 13v.

Actas de Cabildo 1748-1753. Acta del 17 de mayo de 1748. Fol., 14v.

 

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