A la voz del Carnaval, Quito se levanta

En el Ecuador se celebrará próximamente el carnaval, uno de los feriados más importantes del año. Esta fiesta pagana significó, desde la Colonia, una transgresión a los poderes y el orden establecido por medio de la toma simbólica del espacio público con juegos que incluyen agua, polvos y huevos. Los colonizadores permitieron que el festejo del carnaval sea un tiempo de exuberancias antes de la época de recogimiento de la cuaresma. Sin embargo, la consideraban una de las fiestas más impúdicas que representaba todo lo opuesto a las celebraciones religiosas.

A lo largo del tiempo se ha intentado frenar los “excesos” que se producen en el éxtasis de la fiesta. En 1750, el Obispo de Quito Juan Nieto Polo del Águila se opuso a estas prácticas y, junto a las autoridades, pretendió evitar que la gente se ensucie implementando el uso de máscaras y disfraces[1]. El carnaval fue el espacio cultural más atacado con prohibiciones y medidas restrictivas; sin embargo, persistieron las costumbres. Al pasar el tiempo las celebraciones unificaron los juegos con los disfraces, máscaras y desfiles; en un principio con tonos burlescos hacia las autoridades, después con prácticas alegres que incluyen baile, comida y diversión.

Para varios poblados del Ecuador el carnaval significa la fiesta más importante del año y una época de gran movimiento turístico, es el caso de Ambato, Guano, Guaranda, Penipe, Latacunga, entre otros. En cuanto a la capital, los documentos del Archivo Metropolitano de Historia nos cuentan cómo fueron las vivencias carnavaleras. En 1949 se organizó un importante concurso de carros alegóricos que participaron en el desfile denominado “corso de flores”. La intención de las autoridades de la época fue “culturizar el carnaval”, incluso existía un “Comité Pro-Culturización del Carnaval”; es decir, esta fiesta aún tenía una presencia transgresora a mediados del siglo XX. Dicho comité fue parte del jurado calificador junto con un representante del Municipio de Quito y de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

En el corso de flores quiteño de 1949 participaron carros alegóricos de varias partes del Ecuador, todos ellos en búsqueda de uno de los cuatro premios ofertados. El primero denominado “Premio Municipalidad de Quito” se entregó al carro alegórico de la ciudad de Riobamba; el segundo “Premio Casa de la Cultura Ecuatoriana” fue para el carro del Club de Leones; el tercer lugar “Premio Ministerio de Educación” lo ganó el Liceo Fernández Madrid y el cuarto lugar “Premio Comisión Municipal de Educación” se lo llevó el Colegio Nacional “24 de Mayo”. En el Quito de la época se festejó el carnaval con colores y alegría; así mismo, te invitamos a vivir esta fiesta en la actualidad con las costumbres que te identifiquen manteniendo el respeto y la empatía.

Imagen: Jurado Calificador del Concurso de Carros Alegóricos de Carnaval en Quito, 1949.

 

[1] Justo Cuño, Ritos y fiestas en la conformación del orden social en Quito en las épocas colonial y republicana (1573-1875), (Sevilla: Universidad de Olivade, 2013), 670.

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