El Cotopaxi es el volcán activo más alto del país, a lo largo de la historia ha presentado procesos eruptivos significativos y con diversos niveles de impacto. Actualmente, Quito y el país entero está a la expectativa de la actividad del volcán, ya que, es necesario tomar las medidas preventivas para enfrentar cualquier eventualidad. En este contexto, es importante recurrir a los documentos históricos del Archivo Metropolitano de Historia para conocer las erupciones anteriores y la huella que dejaron en Quito y sus alrededores.

Los procesos eruptivos del volcán Cotopaxi, según el Smithsonian Institution, han ocurrido en los lapsos de: 1532-1534; 1742-1768; 1877. Uno de los periodos de erupción que más afectó a la ciudad fue en el siglo XVIII, esto a juzgar por los daños ocasionados y en los que el Municipio prestó mayor atención. En diciembre del año de 1744 el Cabildo pagó 700 pesos al Regidor Sebastián de Salcedo para el reparo del puente de Guayllabamba que quedó destruido a causa del desbordamiento del río con lodo, agua y piedras que se desprendieron del volcán.

Dicho valor estaba destinado para la fiesta de la Virgen Candelaria que se celebra cada 02 de febrero y, aquella vez, sirvió para compensar los daños de la erupción; el año siguiente de 1945 el valor se asignó nuevamente a tratar los rezagos de dicho desastre. Esta sugerencia fue hecha por el Alcalde primero de Quito de la época don Clemente Sánchez de Orellana. El presupuesto del gobierno local se alteró; las pérdidas de los cultivos en las fincas provocaron el cese del pago de impuestos al Cabildo, al no recibir tributos y con los gastos para remediar los daños de erupción, las cuentas de propios (tesorería) percibían un déficit de 8,720 pesos en 1747.

La erupción de aquellos años llegó a un nivel 4 en el rango de VEI (índice de explosividad volcánica). Es uno de los impactos más fuertes que una población puede experimentar tras este tipo de catástrofe natural. El proceso de erupción actual del volcán Cotopaxi se encuentra en los niveles más bajos; sin embargo, es pertinente tomar acciones de prevención. A pesar de que el comportamiento de los volcanes nunca es predecible y es incierto basarse en erupciones anteriores, es pertinente volver la mirada en la historia para conocer el impacto de este tipo de fenómenos. Los documentos históricos nos permiten aprender de las acciones del pasado para mejorar nuestro actuar en el presente.

 

Imágenes: 

1.- Acta de Cabildos 1742-1747, Arreglo del puente de Guayllabamba por la erupción del Cotopaxi, fol. 80 v.
2.- Acta de Cabildos 1742-1747, Déficit económico a causa de la erupción del Cotopaxi, fol. 177

 



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