Institucionalización de los festejos a Quito en diciembre

Quito se viste de fiesta, en las vísperas de las celebraciones del 6 de Diciembre, el Archivo Metropolitano de Historia rescata los documentos en los que el Cabildo de Quito estableció esta fiesta bajo ordenanza. Cabe aclarar que este festejo pervive en el imaginario popular como la fiesta de la fundación de la ciudad española de 1534; sin embargo, se debe aclara que la Villa de San Francisco fue fundada el 28 de agosto por Diego de Almagro y que el 6 de diciembre se posesionó el Cabildo y se ordenó que las autoridades residan en la Villa. Empieza la dinámica de ciudad mestiza.

Los pueblos colonizados han formado sus tradiciones a partir de los sincretismos nacidos por el choque cultural entre los españoles y los pueblos andinos. Desde allí, la religiosidad es una constante en nuestras celebraciones, las fiestas de Quito no son la excepción. La celebración de la fundación de Quito ha estado directamente relacionada con la imagen de la Virgen en su advocación de la Merced, ya que, en ordenanza de 11 de mayo de 1965 es nombrada “Fundadora de la Ciudad”.

En esta ordenanza se señala que la imagen de la Virgen de la Merced ha sido venerada en la Villa de San Francisco desde su creación en 1534, según la Descripción de Quito de Diego Rodríguez de Ocampo de 1650. Para establecer la ordenanza se tomó en consideración que, desde la creación del templo dedicado a Nuestra Señora de la Merced, el pueblo le ha ofrendado flores, incienso y cirios. Otro aspecto determinante para la creación de la Ordenanza es que el mismo año de 1965 las autoridades militares proclamaron a la Virgen de la Merced como “Generalísima del Ejército Ecuatoriano” nombramiento ratificado por el Papa Paulo VI con la Bula Pontificia que se promulgó el 24 de mayo de 1965 en la Plaza de San Francisco de Quito.

Por todo ello, la municipalidad reconoció como tradición quiteña la presentación de cirios, incienso y flores en honor a la Virgen de la Merced, cada 5 de diciembre en conmemoración de la “fundación española de la capital ecuatoriana”.

Es así que quedó estipulado bajo ordenanza que:

1º Cada año se celebre el 5 de diciembre, víspera del aniversario de la fundación, un acto solemne de ofrecimiento de cirio, incienso y flores a la Virgen de la Merced, fundadora de Quito.

2º Para perpetua memoria, se grabe en piedra o bronce la presente ordenanza para que conste en algún muro de la Basílica Mercedaria.

Este episodio religioso de las fiestas de Quito no ha sido muy reconocido en la actualidad; sin embargo, la tradición de empezar el periodo de festividades con una misa solemne en honor a la Virgen persiste, este año se celebró un Te Deum el 25 de noviembre en la Iglesia de la Merced con la presencia de las principales autoridades de la ciudad.

A más de lo religioso, es importante revisar desde cuando existe una organización formal para festejar a Quito. El 4 de septiembre de 1967 se estableció la ordenanza para crear el “Comité Patrocinador de Fiestas de Quito”. Las consideraciones pertinentes para esta resolución tienen como principal objetivo “acrecentar el espíritu nacionalista, el civismo y la confraternidad de los asociados, para lograr el creciente progreso y la indisoluble unidad de la Nación”. Además, se lee en el documento que la intención de las celebraciones cívicas es nutrir la fe y el patriotismo de los ciudadanos y lograr que este orgullo nacional trascienda en lo cultural, económico y social.

De este modo, este Comité se encargaría de asegurar el éxito de las Fiestas de Quito con una adecuada planificación, organización y realización. Este organismo estaría conformado por algunas autoridades principales, entre ellos, el Alcalde, una persona designada por el Ilustre Concejo, delegados de los Ministerios y un delegado de varias instituciones como la Curia, Policía Nacional, universidades, asociaciones, sociedades y empresas privadas.

Es decir, desde el año 1967 se estableció una institucionalidad que se preocupa por el éxito de las festividades y que también se extiende al ámbito religioso. La capital se festeja por todo lo alto, desde la Municipalidad, pero también desde otros espacios. Las tradiciones, mitos y leyendas son la conversación habitual y el sentimiento patriota se enaltece. La connotación de fiesta envuelve sentimientos o significados de apropiación de los territorios, conexión y pertenencia, lo cual es provechoso para insistir en el cuidado de la ciudad y la confraternidad entre sus pobladores.

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