El agua que recorre Quito

Te has preguntado ¿Cómo era el uso y abastecimiento de agua en Quito en el pasado?, hoy en Historia con documentos te lo contamos. En el periodo colonial, el agua que llegaba a Quito viajaba desde los “ojos de agua” de las faldas del volcán Pichincha y de Huanacauri (San Juan). Era conducida por medio de canales que, al parecer, ya existían a la llegada de los españoles y fueron construidos en la época prehispánica. Estos canales estaban abiertos, lo cual ocasionaba que el agua se ensucie con desperdicios y desechos de todo tipo, por ello, con el tiempo fueron enterrados para evitar su contaminación.

El agua transportada desde el Pichincha llegaba a las pilas de las plazas y desde allí “los habitantes de la ciudad se abastecían para las casas y huertas y que junto a una red de tuberías o caños constituían la red de aprovisionamiento de la ciudad”[1]. El abastecimiento estaba regulado y vigilado por un Alcalde de Aguas; esta autoridad pública se encargaba de controlar el recorrido del agua y de que los habitantes utilicen únicamente la cantidad que les corresponde. Así mismo, era quien imponía las sanciones a quienes robaban aguas de uso público.

En 1742, el Cabildo y el Mayordomo de Propios denunciaron al Alcalde de Aguas el uso indebido del recurso por parte del Convento de San Francisco, al parecer habían tomando el agua de la Plaza Mayor debido a que sus cañerías estaban deterioradas. Pidieron que se revise el buen funcionamiento del conducto que va a la Plaza Mayor y que se cierren todas las bocas que se han abierto de manera ilegal, ya que esto significa la reducción de agua para quienes se abastecen desde la Plaza. Por medio de acta de 21 de julio de 1742 se solicitó a dicho Alcalde que se asegure de que eventos como este no vuelvan a ocurrir.

Esta problemática de abastecimiento se fue intensificando con el tiempo, con el incremento de la población y su expansión la provisión de agua era cada vez menor. Las familias de Quito recurrían a los servicios de los “aguateros” para abastecerse de agua limpia. De este oficio se ocupaban los indígenas, llevaban en su espalda grandes pondos llenos de agua traída desde manantiales y plazas para vender a los quiteños “acomodados”. Sin embargo, este oficio se desarrolló en medio de abusos y pagos injustos. Los documentos dan cuenta de las problemáticas del uso del agua en Quito a lo largo del tiempo, nos invitan a mirar al pasado para repensar el uso e importancia de este recurso en la actualidad.

[1] Luzuriaga, Sofía. (2013). Quito y sus recorridos de Agua. Abastecimiento, discursos y pautas higiénicas modernizantes. Universidad Andina Simón Bolívar. Quito, Ecuador.

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