Hoy la historia en documentos nos presenta a Alonso Pelaquinge, un soldado con destino desafortunado.

Los soldados en 1822 no sabían que se enfrentarían en una de las Batallas más importantes de la historia Sudamericana, la de Pichincha.

Los hombres jóvenes, solteros y saludables eran reclutados para servir en los ejércitos, muchas veces contra su voluntad.

Patriotas y realistas debían obedecer a los mandos superiores y si no lo hacían se convertían en desertores.

Este es el caso de Alonso Pelaquinge quien abandonó la 7ª Compañía del Batallón Tiradores de Cádiz del Ejército Realista y se convirtió en un desertor con orden de captura firmada por el Jefe Político y General del Ejército español Melchor Aymerich.
Alonso cuenta con una ficha de filiación; es decir, de origen y descendencia.

Es un joven de 20 años vecino de Alangasí, dependiente del corregimiento de Quito y avecindado en su pueblo; “su estatura 5 pies, 1 pulgada, soltero, pelo y cejas castaño oscuro, ojos pardos color aindiado, nariz regular y Barbilampiño”.

Este documento nos invita a hacerle preguntas: ¿Cómo era la vida cotidiana de los soldados? ¿Qué motivó a jóvenes como Alonso Pelanquinge a huir? ¿Qué relatos han quedado fuera de la historia oficial? ¿Cuáles eran los castigos y procedimientos legales para los desertores? ¿Crees que los rasgos físicos responden a estereotipos raciales?